En 1919, la revolucionaria Rosa Luxemburgo fue asesinada en Berlín. Los asesinos la rompieron a golpe de fusil y la arrojaron a las aguas de un canal. En el camino perdió un zapato. Alguna mano recogió ese zapato tirado en el barro.
Rosa había vivido su vida entera peleando por un mundo donde la justicia no sería sacrificada en nombre de la libertad, ni la libertad sería sacrificada en nombre de la justicia. Cada día, alguna mano recoge esa bandera tirada en el barro, como el zapato.
Los hijos de los días
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